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domingo, 14 de septiembre de 2008

Era la 103


Me encontraba justo a los pies de una de las palmeras del parque. No sabría describirla. Podría ser una palmera con dos troncos o simplemente dos palmeras unidas. El lugar era casi un motel al aire libre, seis o cinco parejas se revuelcan mientras un par de viejos discuten en la escalera que esta fuera de un banco en la cuadra del frente. Mi cabeza estallaba y en nada ayudan los ruidos de la ciudad. Por la avenida pasa la 119, luego una 103,114,107,121 y nuevamente una 114. Se acerca un tipo de polerón blanco y me dice con voz vergonzosa - ¿Tienes fuego?- Mis ojos ardían y solo recuerdo haberlo mirado una vez. No dije ni una palabra, simplemente se fue. No encuentro expliación alguna, solo crujió una voz al frente, era la 103.